La mamá de Marquitos estaba tan enfadada que empezó a echar humo por la boca como si fuera un dragón. Al momento, su nariz se convirtió en un pitorro; y su oreja izquierda, en un asa. Poco después Marquitos recogía del suelo una tetera que se parecía mucho a su madre. Asustado, el niño fue a ver a su vecina, a la abuela Lubi, al tío Jesús, al amigo Paco, al bibliotecario, al señor Ignacio… pero nadie parecía capaz de arreglar aquello.
Relato ágil, fresco y lleno de sentido del humor, que engancha desde el primer momento y que mediante la combinación de lo cotidiano y de lo inesperado nos traslada a un mundo fantástico y lleno de ritmo donde cualquier cosa puede suceder. Un cuento para transmitirles a los niños el placer por la lectura, y para quienes creen que la imaginación constituye la mejor herramienta para aprender de la realidad.
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