Topper encuentra un lápiz extraordinario y único. Emocionado, corre a
mostrárselo a su amigo Viggo y con él dibuja un enorme rinoceronte, al
que llaman Otto, en una de las paredes de la casa. A partir de ahí
comienzan a vivir situaciones cómicas, inesperadas y confusas, pues el
rinoceronte cobra vida.
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