Tras el cierre de los Astilleros Simpson, el tío Ernie se queda sin trabajo, pero pronto se le ocurre una idea para seguir ganándose el pan: convertirá su casa en una fábrica de enlatar pescado. Y así se pone a soldar, doblar, llenar y precintar latas. A Stan, el sobrino de Ernie, no le gusta nada esa nueva vida de estrés y ruidos y decide escapar con una compañía de feria ambulante que se ha instalado en el pueblo. Ese viaje le va a cambiar la vida, y además conocerá al gran Pancho Pirelli: ¡el hombre que nada con las pirañas!
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