¡Vamos a jugar a los indios! ¿Qué te parece si te hago un arco y unas flechas? Javi niega con la cabeza: No puede ser, es demasiado peligroso. ¿Y si hacemos una fogata? le propone el señor Tijereta. Se formará humo, y el humo no es bueno para la salud. El mundo al revés: es el adulto el que pregunta al niño cómo se tiene cuidado de los peques; y es el niño el que le reprende cuando sus propuestas de juego son, supuestamente, demasiado peligrosas o dañinas. Algo no va bien cuando los peques adoptan el papel de adultos supercontroladores, pero, por suerte, el señor Tijereta no parece estar familiarizado con las normas y prohibiciones del cuidado infantil y acaba organizando una carrera con una carretilla. No apto para madres o padres superprotectores.
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