El ganador del Premio Lazarillo 2016 relata, con mucha suavidad y alegría, el empeño colectivo de un barrio por recuperar una vida digna. Unos desalmados oscuros les habían ido quitando cosas: empezaron por los bancos para sentarse en la calle, acabaron por los mismísimos colores del barrio. Pero los niños encontraron un brote de esperanza, entre todos los vecinos lo cuidaron, y…
No hay comentarios:
Publicar un comentario