jueves, 18 de junio de 2020

Konrad o el niño que salió de una lata de conservas


La señora Bartolotti, personaje que parece sacado de “Amelie”, es una madre recién estrenada que no cumple horarios, da de comer a su nuevo hijo lo que se le ocurre, prefiere improvisar, en numerosas ocasiones no sabe que responder ante cuestiones que se le plantea mostrando sus dudas e, incluso, aprende y mejora con las recomendaciones que Konrad le hace. En cambio, su amigo, el farmacéutico Egon, hombre de ciencias, es estricto, confiado, todo se regula y nada surge, prefiere la seguridad de los horarios y de lo correcto. Entre ambos, Konrad se debatirá para ir descubriendo que la realidad es mucho más compleja de lo que le han enseñado, que los sentimientos forman parte de la naturaleza humana, que la amistad es maravillosa y que, una pequeña mentira, en ocasiones, puede llegar a ser más recomendable que la sinceridad


Se suspende la función


«Estimados amigos, jóvenes espectadores, amado público... ¡Ejem...! Esto... ¿Podría alguien explicarme qué demonios estáis haciendo aquí? Porque... ¿no habréis venido, por casualidad, a ver una función de teatro?»

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La casa del árbol


Una encina de tronco grueso es un árbol y también una casa de vecinos, donde se han trasladado a vivir Blanca y Aglaia, dos amigas que han dejado la gran ciudad. Visitantes inesperados y un vecino quisquilloso alterarán la vida apacible de este entorno natural. Pero estos avatares no impedirán que la casa del árbol sea un lugar muy agradable.

¡Es mío!


Todos lo hemos visto en alguna ocasión. Han podido ser nuestros hijos o los de unos amigos, nuestros sobrinos… De hecho, es posible que tú mismo fueses el protagonista de la escena cuando eras pequeño (o incluso de mayor, ¡ejem!). Hablamos de esa criaturita que repite incesantemente '¡Es mío! ¡Es mío! ¡Es mío!', abrazada desesperadamente a un juguete que no quiere compartir bajo ninguna circunstancia. Así se nos presenta la pequeña protagonista de este álbum, que no quiere que su primo se divierta ni con su oso de peluche ni con su pelota..., y que gracias a él aprenderá una valiosa lección. Swann Meralli y Carole Crouzet han compuesto una preciosa y divertida narración sobre la posesividad como opuesto de la imaginación y la inocencia. Un libro ideal para ayudar a los más pequeños a entender que tienen que compartir y que vivir es más importante que poseer.

De paseo


Cuando los niños valientes empiezan a andar, sienten algo de miedo y se ponen a llorar. Pero el peligro desaparece cuando el abuelo cerca está... Así, paso a paso, con cuidado, despacio para no tropezar, nos echamos a caminar. Y, poco a poco y con algún coscorrón, el niño, el pato, la cebra o el bisonte se van de paseo ¡y hasta aprenden a volar!